Caminante no hay camino, hay una mugre carretera de puras curvas

Antes de llegar a la crónica de los días que estuve allá déjenme les platico el inico del viaje porque incluye algo que ya quería publicar desde hace un tiempo.

Resulta que mis padres nacieron en dos estados diferentes. Mi madre es de Guanajuato y mi padre de Hidalgo. Son dos estados bastante alejados, pero eso no evitó que mis padres se conocieran y se casaran. ¿Destino, coincidencia, brujería o pura y mera casualidad? ....No sé. El chiste es que ya bién conocidos y casados se vinieron a vivir a la Ciudad de México.

Eso sí, nunca olvidaron sus raíces, y por culpa de ese 'inolvido' nos convertimos en una familia viajera. Porque sépanse ustedes que ya es tradición que si hay algunos días de vacaciones, el destino seguro es ir a Guanajuato o a Hidalgo a casa de mis abuelos.

Siempre, siempre, durante los 22 años que tengo de existencia. Y estos días de semana santa tocó ir a Hidalgo. Les platico las visisitudes del camino.


O' verán. Salimos el miércoles como a las 12 del día. Hicimos una escala en casa de una tía para intercambiar un pasajero. Dejamos a una primita y nos llevamos a mi abuela. Y de ahí pa'l real (o sease que seguimos con el viaje). Solo eramos 4 pasajero: mis padres, mi abuela y yo.

De la ciudad de México salimos hacía el norte, primero en dirección a Pachuca, y afortunadamente a través de la autopista. Luego de ahí, toca subir y subir a la sierra para agarrar la carretera México-Tampico

No sé si ustedes conoceran la antigüisima carretera México-Tampico ¿ ? Si no la conocen déjenme decirles que son muy afortunados. Es una mugre carretera de 2 carriles (ida y vuelta) que va bordeando parte de la Sierra Madre Oriental (son un montón de cerros, montañitas y montañotas que dividen México) y la atraviesa.

Y ahí vamos 3 o 4 horas de camino curveado. Vuelta a la izquierda, luego vuelta a la derecha, otra vez a la izquierda, una más a la izquierda, luego curva peligrosa, luego más vueltas a la derecha y otras 100 vueltas a la izquierda... y así sucesivamente.

Les juro que uno se cansa de estar lidiando con tanta curva, porque no importa que hagas siempre te estás moviendo. La inercia siempre te jala hacia un lado o hacia el otro.

Te tienes que acomodar como puedas, con pies y manos, para no moverte. Atoras los pies en el asiento delantero y luego te amachinas con las manos de donde puedas.

Aquí debería ir una animación del monito blanco sacudiendose de un lado a otro en un auto, pero el propietario de este blog sufre de flojeritis crónica y se ve imposibiltado para terminarla en este momento. Agradecemos su comprensión. :P

Sin embargo esta vez no sufrí tanto el camino. Como eramos pocos e ibamos en camioneta, me tocó asiento completo para mí solo y me la pasé todo el camino acostadito. Ya nomas' veía yo el cielo dar vuelta en la ventana, ni se sentían las curvas. :D


Y así pasaron las horas y llegamos al destino fijado: allá a mitad de la sierra... allá por la famosísima huasteca hidalguense. Pero eso va en otro post... :D

つつぐ

P.D. En lo que acabo de escribir el otro post les pongo unas fotos que saqué en el camino. Las tomé desde la ventana de la camioneta (por eso son tan malas) en las vacaciones de diciembre. La verdad que hay lugares mucho más altos y espectaculares que estos que salen en las fotos, pero a esos no los pude enfocar. :(

P.D. (2) Me encontré esta foto:

Y es una foto muy bonita.


Esta foto es de la Sierra Madre Oriental pero más al norte, no es la parte que yo recorro pero se parece mucho; incluso la vegetación es igualita. En este link hay más fotos como esta; así casi iagualito se ve por dónde yo paso.